Nuestra portavoz en el Parlamento pregunta al presidente del Gobierno sobre la crisis industrial que sufre Asturies como consecuencia del estado de alarma.
¿Qué medidas va a aplicar su gobierno para paliar el impacto de la crisis sobre el sector productivo asturiano, acelerar su recuperación y garantizar su futuro?
La pandemia que llevamos sufriendo los últimos meses, y contra la que tenemos que seguir luchando con el máximo compromiso por parte de las autoridades, los partidos y la sociedad, ha tenido el efecto colateral de ponernos frente al espejo como sociedad; aunque el virus sea un fenómeno de una magnitud inusitada, las grietas que ha desvelado en nuestro sistema de protección social llevaban tiempo ahí. Y no precisamente ocultas: llevamos cinco años denunciando los problemas del sistema de residencias para mayores de Asturies, al igual que desde Madrid los movimientos sociales alertaban, una y otra vez, de que los masivos recortes en la Sanidad nos ponían en peligro a todos; y solo desde la cerrazón ideológica se podría negar que la industria asturiana vive una situación límite, consecuencia de muchos errores pasados. También ha quedado claro que hay partidos que han visto en esta crisis la oportunidad de hacer política, y de obstaculizar la labor del gobierno y de las autoridades sanitarias.
Frente a ese oportunismo, nosotras nos hemos dedicado a construir, tanto desde el gobierno, como desde la oposición. Millones de personas están beneficiándose de las ayudas a autónomos, del apoyo a los ERTEs, del Ingreso Mínimo Vital, de la paralización de desahucios o de las ayudas a todas las personas que se encuentren en situación de desempleo. Tanto a nivel estatal como autonómico nos hemos puesto manos a la obra para impulsar medidas sociales, colaborando con ambos gobiernos en la medida de nuestros posibilidades. Hemos planteado 160 medidas diseñadas para contribuir a la reconstrucción de Asturies, algunas de las cuales se han puesto en marcha ya; otras, nos consta que se están estudiando.
Es justo que celebre, en nombre de Podemos Asturies, que el gobierno autonómico haya sido receptivo ante nuestras propuestas, y que haya puesto en marcha espacios en los que ambos partidos hemos podido colaborar para gestionar aspectos de esta emergencia, que requiere la mejor disposición y el máximo esfuerzo por parte de todos y de todas.
Y como bien sabe el gobierno, seguimos preocupadas por la situación de nuestra industria, y seguimos insistiendo en la necesidad, inaplazable, de encontrar medidas que permitan la intervención pública en las empresas asturianas para proteger primero, y relanzar después, nuestro maltrecho tejido productivo. Es urgente que el Estado intervenga la industria asturiana; es urgente que pongamos en marcha una ley antideslocalizaciones; es urgente que aseguremos la soberanía energética y productiva de Asturies; es urgente que hablemos de nacionalizar parte de nuestra industria para poner fin al declive de nuestra economía. Cuando digo que es urgente, no le estoy invitando a iniciar un estudio, ni a pronunciarse en público; creo que ya está todo dicho; le insto a que nos pongamos a trabajar, desde hoy mismo, para proteger nuestra industria y asegurarnos de que el Estado impulsa su desarrollo con garantías de que el empleo que se cree sea duradero, y los beneficios, asturianos. Le insto a hablar en serio de la nacionalización de empresas y sectores estratégicos de nuestro tejido productivo.
Para muchos es un tabú hablar de que el Estado proteja e impulse su industria; coincide que suelen ser los mismos que no ven ningún problema en entregar miles de millones a la banca a fondo perdido, y los mismos que se oponen a que las grandes corporaciones paguen los impuestos que les corresponden. Pero en los últimos meses varios tabúes se comienzan a resquebrajar, y cada vez más economistas y dirigentes políticos admiten que están preparándose para intervenir áreas relevantes de su economía. El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, no tiene reparos en hablar de nacionalizaciones, al igual que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que exige nacionalizar las empresas de fabricación de productos farmacéuticos. Noruega plantea nacionalizar las líneas aéreas, Alemania inyectará 10.000 millones de euros en Lufthansa y se hará con el 25% de las acciones. El gobierno italiano, por su parte, anunció que tenía prevista la nacionalización de la compañía aérea Alitalia. Hay incluso dirigentes del PSOE que apuestan por empezar a hablar de nacionalizaciones “muy muy pronto …. también en nuestro país” (Jonás Fernández).
Resulta urgente que este debate se abra en España también: porque somos el país de toda la Unión Europea con menor número de empresas públicas. El Estado pasó de tener 130 empresas públicas estatales participadas mayoritariamente y de forma directa en 1985 a solo 16 en la actualidad. Fue un proceso de descapitalización del patrimonio público que generó mucha recaudación en el corto plazo, pero que a medio y largo dejó al Estado sin posibilidad de obtener nuevos ingresos (porque las empresas que se vendieron fueron, lógicamente, las más rentables) y también sin herramientas para poder llevar a cabo su política económica (ya que las empresas privatizadas operaban en sectores altamente estratégicos).
En nuestro caso es bien sabido que la mal llamada reconversión industrial arrasó con nuestra economía y con el modo de vida de decenas de miles de personas, un declive que no ha hecho sino acentuarse en la última década, con la pérdida de más de 22.000 empleos entre 2008 y 2019.
Tenemos que actuar urgentemente y diseñar las bases materiales de nuestra recuperación económica. En Asturias emitimos 3 veces más CO2 por habitante que la media del país. La transformación de nuestra economía debe apostar por un Green New Deal que genere miles de empleos de economía verde en Asturies. En materia de transición ecológica en Asturies tenemos infraestructura industrial para participar en las cadenas de suministro de las tecnologías necesarias para su desarrollo. El potencial de nuestra comunidad en el ámbito de la investigación sanitaria, la innovación y producción no puede discutirse, y en él reside una las posibles claves de nuestro futuro desarrollo en un contexto de relocalización industrial 4.0.
Tal y como plantea la economista Mariana Mazzucato, el Estado no puede limitarse al rol de mero regulador, sino que debe adoptar un papel proactivo en la creación de riqueza junto al sector privado.
Desde Podemos Asturies llevamos tiempo impulsando medidas anti-deslocalizaciones y defendiendo la importancia de la participación pública en las empresas para garantizar la soberanía energética y productiva (también en el sector sanitario, para asegurar el suministro de equipos de protección adecuados). Tal y como ha revelado el caso de Alcoa, la estrategia industrial no puede limitarse a la búsqueda de inversores o a la concesión de ayudas a fondo perdido a empresas multinacionales sin arrancarles ningún compromiso. No es el momento de seguir planteando dudas, sino de actuar ante lo que parece una estafa. Les pedimos que reciban a los trabajadores.
Es urgente que tomemos decisiones. No basta con la retórica. Con retórica, cerraron las minas; de nada le sirvieron las declaraciones institucionales a las decenas de miles de jóvenes asturianos que se han visto obligados a emigrar en busca de trabajo.
La crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto la falta de respuestas ante la escasez de productos sanitarios de base industrial y ha demostrado que no podemos dejar en manos del mercado y empresas multinacionales los patrones de especialización productiva.
La pandemia ha demostrado que el futuro de Asturies puede depender de que garanticemos nuestra soberanía energética, sanitaria y productiva. Hacerlo sólo depende de que tomemos la decisión correcta. Y de que no lo hagamos demasiado tarde.
Gracias.