La comparecencia de Daniel Nespral álvarez -a petición de Podemos Asturies- en calidad de ex responsable de Ingeniería y Construcción de GITPA ha confirmado, a preguntas de la diputada autonómica Lorena Gil, la existencia de irregularidades en la construcción que constituyen claros indicios de prevaricación.
Daniel Nespral es uno de los mejores conocedores “a pie de obra” de un proyecto que terminó siendo el máximo exponente de la “Asturies cableada”, la versión 2.0 de las redes clientelares tejidas en los años de la “generación Rodiezmo”. Su testimonio ha supuesto un giro fundamental en la Comisión de Investigación parlamentaria, al responder con valentía a las preguntas de Lorena Gil.
Recordemos que este testigo, lejos de contar con el respaldo de la administración, se encontró con un despido improcedente tras denunciar deficiencias sistémicas evitables, como la altura a la que se sitúan los tubos de las arquetas: en lugar de situarse a 60 cm de profundidad se situaban a 15 cm bajo el suelo, reduciendo el coste real y vulnerando las condiciones del pliego, lo que ha supuesto constantes problemas que aumentan el coste de mantenimiento de la infraestructura.
La información aportada por el compareciente confirma la sospecha de que el Director General de GITPA, Juan Manuel Rodríguez Bañuelos, disfrutó de beneficios personales, pero también que las prácticas irregulares no pudieron ser impulsadas por un único individuo.
El “muro de Llanes”
La indolencia mostrada en el seguimiento de la mayor parte de las actuaciones contrasta con el interés del director general de GITPA y director de obra, Juan Manuel Rodríguez Bañuelos, a la hora de supervisar -personalmente- el desarrollo de las obras realizadas a pocos metros de su vivienda en Celorio. Esta localidad, pasó a conocerse jocosamente como el “Silicon Valley” asturiano, no por la investigación tecnológica sino por la densidad de cable instalada en las inmediaciones de la vivienda del director.
Rodríguez Bañuelos no solía realizar verificaciones en campo, lo que no le impedía firmar todas las certificaciones de obra. Sin embargo, según los detalles aportados por el compareciente, Rodríguez Bañuelos se habría asegurado de que la acometida correspondiente a su vivienda fuese realizada -esta vez sí- según los parámetros del pliego, y de que se construyese al mismo tiempo un muro y una acera que no se correspondían con la obra consignada. Esta irregularidad pasó a ser conocida en los círculos de la Consejería como el “muro de Llanes”, pero no se actuó hasta que las irregularidades estaban ya en el parlamento y en los medios de comunicación.
Las puertas giratorias de Aggarós
Los fallos recurrentes en la evaluación, evocados por el compareciente, dan cuenta de una voluntad de encubrir errores injustificados en la obra civil acometida que, a la larga, aseguraba un elevado coste de mantenimiento. La obsolescencia programada de la obra se traduciría sin duda en beneficios para las empresas subcontratadas para el mantenimiento.
Todo apunta a que no es casualidad que las contrataciones “menores” -que en tiempos de Rodríguez Bañuelos podrían ascender a 3 millones- tendrían en el directivo y su entorno a algunos de los principales beneficiarios. Rodríguez Bañuelos, procedente del sector privado, pudo haber beneficiado a la empresa de la que procedía -AggarósServeix- mediante contratos menores. Esto constituiría un ejemplo de “puertas giratorias”, negadas sistemáticamente por la FSA. Además, el hijo de Rodríguez Bañuelos era titular de Twisterwill, otra de las empresas beneficiarias adjudicatarias.
Aggarós realizó la asistencia de dirección de obra en las obras desarrolladas por GITPA. En total 35 por un montante de aproximadamente 1.690.000 € (32 contratos sin concurso abierto) hasta que la “estrecha colaboración” finalizó en 2011, una vez Rodríguez Bañuelos fue despedido.
El caso de Aggarós podría no ser el único: empresas como Thales, según la declaración del compareciente Pablo Rotella–exresponsable de Explotación y Mantenimiento de Red en GITPA- trabajaron y facturaron antes de serles adjudicado el contrato.